El Samsung Chromebook, un netbook para la nube



Dos, tres minutos pueden pasar antes de que un laptop Windows supere el proceso de inicio y esté en condiciones de trabajar. Pero en el caso del nuevo Chromebook de Samsung, todo es diferente.
Exactamente nueve segundos necesita este laptop desde el momento en que se pulsa la tecla de conexión y aparece la ventana de apertura. Tras introducir la contraseña pasan otros dos segundos hasta que se ve la interfaz de la Web y el accesorio está listo para trabajar. Ese mismo tiempo tarda también el Chromebook en abrir una conexión de red inalámbrica.
Aún más rápidamente -en total, tres segundos- sale el Chromebook del estado de hibernación antes de restablecer la conexión inalámbrica. Hasta ahora, esto sólo lo conseguían laptops que poseen un disco duro sólido (SSD), como el MacBook Air de Apple. En todo caso, los laptops SSD suelen costar el doble que el de Samsung, que salió hace sólo una semana a las tiendas europeas por 400 euros.
Responsable de este arranque superrápido es el sistema operativo. Hasta ahora, laptops Windows o MacOS al iniciarse abren el sistema, los componentes y los programas, consumiendo una eternidad. Por el contrario, el núcleo del Chromebook consiste en sólo un esbelto sistema Linux y el navegador Chrome de Google. Programas tales como un correo electrónico, un procesador de textos y una hoja de cálculo -pero también juegos o programas de edición de imágenes- no se abren en el aparato mismo, sino que son llamados por el navegador como servicios Web.
Para trabajar en la red, Google ofrece su reconocida suite Web como su correo Gmail, su calendario y todas las aplicaciones que encierra la denominación Google Docs. Las aplicaciones pueden ser o no de Google, y se puede trabajar también con aplicaciones Web de Yahoo, Microsoft o GMX. Si se usa el aparato en el modo invitado se lo puede hacer sin entrar en Google, con lo que no quedan huellas en el Chromebook.

En una tienda Web se puede elegir entre casi 5.000 aplicaciones, que no obstante sólo consisten en enlaces a ofertas Web. Faltan algunos programas usados regularmente por usuarios de laptops, como un software de edición de vídeos o el programa Skype para telefonear por Internet, pese a que Google tiene también una aplicación de transmisión de voz (VoIP).
Pero lo malo no está en una escasa oferta de aplicaciones Web, que de todas maneras crece constantemente, sino en la dependencia de una conexión inalámbrica. Sin conexión no se puede hacer prácticamente nada. Es por ello que el Chromebook es interesante para usuarios que se hallen todo el día en un entorno con conexión inalámbrica, como estudiantes en un campus o personas con una buena conexión en casa o en la oficina. Para la conexión inalámbrica se puede usar la versión UMTS del Chromebook por 450 euros.
Sundar Pichai, jefe de los desarrolladores de Chrome, anunció en conversación con dpa que las aplicaciones centrales de Chromebook, como Gmail y Google Docs, en los próximos meses funcionarán también offline, es decir, sin necesidad de conexión inalámbrica. “En mi Chromebook personal funcionan ya. Pondremos esta función a disposición de todos apenas solucionemos algunos pequeños problemas”, dijo. Pichai se abstuvo, no obstante, de mencionar una fecha precisa para la introducción de la opción offlines.
Propietarios del Chromebook disfrutarán también de actualizaciones automáticas, que funcionarán de fondo de forma automática. “Mientras un laptop común suele ponerse cada vez más lento con el paso del tiempo, los Chromekooks se vuelven cada vez mejor”, promete Pichai.
Lo que se espera es que, junto con las futuras actualizaciones, Google amplíe también la disponibilidad de archivos multimedia que se puede ver y reproducir. Actualmente se puede ver archivos MP3 y AAC, además de imágenes en formato jpeg y png, pero no películas QuickTime ni archivos en formato mkv.
Usuarios de Chromebook tampoco deberán preocuparse de actualizar el software antivirus, pues la arquitectura de Google no permite ataques por troyanos y otros malware. Además, en cada arranque Chroomebook somete a prueba la integridad del sistema con ayuda de chips TPM (Trusted Platform Module) de Infineon. Si la prueba revela la presencia de códigos erróneos o dañados, la máquina arranca desde una segunda versión protegida de software del sistema.

En principio, con el Chromebook se puede trabajar todo el día. Si se reproduce permanentemente un vídeo de YouTube en HD, el acumulador no acusa síntomas de agotamiento hasta después de seis horas de trabajo, pues el procesador Intel incorporado (un Dual Core Atom N570) es relativamente económico. La pantalla posee una agradable resolución (1280 x 800 puntos) y es opaca, con lo cual no refleja, como la mayoría de los laptops actualmente en oferta. La visión lateral del aparato Samsung es no obstante deficiente.
Pero tales ventajas y desventajas aparecen sólo en el trasfondo del Chromebook. La cuestión decisiva es si trabajar online u offline. “A falta de un disco duro, todo ocurre en la nube”, dice Christian Wölbert, redactor de la revista alemana “c’t”. Para la mayor parte de los usuarios privados, la máquina de navegar de Google sólo sirve de segunda computadora. Matthias Kremp, de “Spiegel Online”, señala como punto en contra su total dependencia de un acceso inalámbrico. “Sólo cuando Google -y los fabricantes de apps para Chrome- superen esta deficiencia los notebooks podrán ser una seria alternativa a los laptops corrientes”, señala.

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